Los usuarios opinan: la situación hondureña

No fue lo mejor, pero era el único camino que nos dejó Zelaya. Defenderemos nuestra democracia, paz y libertad. Fueron 3 años y medio de confrontación y violación de leyes en nuestro país por parte de Zelaya.
Miriam Burgos B., Honduras

Sacar a Zelaya del poder: Eso lo quiere la mayoría del pueblo. Ellos ven el ejemplo de Venezuela y no quieren que les pase lo mismo. El señor Zelaya es un chavista 100%, además no lo acultaba cuando estaba en el poder. Es bueno que vean la otra cara de la moneda. La inmensa mayoría del pueblo no quiere a Zelaya. Yo no sé a qué se llama democracia, porque sacan al alcalde de Caracas por medio de Chávez y en contra del pueblo de Caracas, y nadie dice nada porque Venezuela produce y vende petróleo. Y ahora en Honduras nadie ayuda a los que están en contra de Zelaya, para que no se riegue el comunismo dictatorial en América Latina. Honduras es un país pobre que necesita ayuda del G-8. Quisiera saber qué es democracia.
Luz Marina, Colombia

En estos momentos, en Honduras estamos en silencio porque se han violado todos nuestros derechos, no hay justicia para nadie y prevalece la ley del más fuerte. Qué pasará con la gente pobre de este país. Me siento preocupado ya que no sé adónde ir. Nos sentimos abandonados. Pido a la Comunidad Europea encontrar una solución en este asunto. Espero su comprensión.
Julio César Bacca, Honduras

El ex presidente de Honduras, Manuel Zelaya, no debe regresar al país, pues como están las cosas vendría a agudizarlas más. No lo queremos como presidente, es un violador de la Constitución de la República y quiere llevarnos al chavismo.
Silvia García, Honduras

El golpe de Estado ejecutado por la derecha radical hondureña el domingo 28 de junio de 2009 debe ser completamente repudiado por toda la comunidad internacional. Nos extraña que Alemania no haya retirado aún a su embajador. Mientras, el pueblo hondureño lucha contra la dictadura, a pesar de los medios de prensa reaccionarios que difunden masivas concentraciones, supuestamente a favor del golpe, pero que se llenan de obreros obligados a asistir, so pena de despido de sus empleos en las fábricas. Asimismo, todo el pueblo que desea participar en las manifestaciones contra la dictadura golpista es reprimido. La gente que viene en autobuses que vienen a la capital, Tegucigalpa, proveniente del interior del país, es bajada por la fuerza y devuelta a sus hogares. Las garantías constitucionales a la vida, la libertad, la libre asociación y reuniones públicas y a la inviolabilidad del domicilio han sido suspendidas. El Ejército ha empezado a reclutar obligatoriamente incluso a niños menores de 18 años, quebrantando las leyes nacionales. Es urgente que la comunidad internacional empiece a hacer efectivas las sanciones para que no sólo retorne el presidente legítimo y constitucional, Manuel Zelaya, sino para que se cumpla la voluntad del pueblo hondureño y tengamos una democracia participativa e incluyente, como no la hemos tenido hasta ahora.
David I. Díaz, Honduras

El poder Ejecutivo violó la Constitución. Los otros dos poderes, legislativo y judicial, en vez de adoptar los mecanismos legales que corresponden, expulsan del territorio al presidente. Cuando los tres poderes incumplen sus obligaciones, no hay mucho que hacer. Es mejor respetar el principio de la no intervención y no hacer declaraciones apresuradas.
Ingrid Schumacher, Chile

En todos los países existen distintas corrientes políticas y de pensamiento. Lo que habría que recordar es que las reglas de juego del sistema democrático establecen que cada sociedad se gobierna según como deciden sus mayorías. En el caso de Honduras y otros países llamados en desarrollo, esas mayorías generalmente coinciden con los porcentajes de desposeídos. Entonces la pregunta no es si tal o cual presidente es populista, sino si la democracia, como sistema, es capaz de solucionar las enormes disparidades económicas, sociales y, por tanto, políticas. Poner en duda el apoyo incondicional a un régimen constitucional que está haciendo esfuerzos para dejar participar a las mayorías de su país, es cuestionable. O bien habrá que redefinir el concepto y las reglas del sistema democrático, lo cual significaría reconocer el fracaso del sistema político occidental.
Juan, Suiza

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